Esperaba con ilusión el día y por fin llegó, y cumplió todas las expectativas y más.
Contagiados de la intermitente lluvia que estuvo emplomando la tarde, los invitados fueron llegando a la Sala Cultural de Librería Central cual gotitas, de a poco, lo que me dio la oportunidad de irlos recibiendo, al menos al principio, con besos y abrazos.
Al llegar me esperaba mi anfitrión, Joaquín Casanova, con su habitual sonrisa de bienvenida y su profesionalidad que hizo que todos los preparativos estuvieran perfectos.
Los artistas del Grupo Musical D.o.D., es decir mi amigo Eduardo (guitarra) y sus compañeros, Alberto (guitarra), Arantxa (voz) y Carlos (percusión), ya estaban ensayando lo que sería poco después un verdadero éxito, a tenor de los comentarios que he ido recabando.
Y de artistas a artista, y de amigo a amigo, Josu, el excelente fotográfo de Black Photo Studio, andaba capturando ya las primeras imágenes del evento, como siempre, con su sonrisa tan característica.
Y el público seguía llegando: mi familia, mis amigos, amigos de mis padres, compañeros de trabajo, ex condiscípulas del colegio, algún invitado inesperado al que hacía años que no veía... Intenté saludar a todo el que me dio tiempo, y creo que básicamente conseguí hacerlo (mis disculpas desde aquí si se me escapó alguien).
Y entre todos ellos estaba, como no, mi partener, mi maestro de ceremonias, mi mentor Juan Bolea. Un lujo.
Con unos minutillos de cortesía comenzamos la presentación del libro.
Y qué decir de ese rato, que a mí se me pasó volando… Contando con que toda la gente estaba a mi favor, obviamente, creo que estuvo cálido y emocionante.
Las canciones interpretadas por D.o.D., la primera de Rosana “Sin miedo”, mi elección, por su mensaje y su belleza; y la segunda “Everybody hurts” de R.E.M., seleccionada con mucho acierto por el propio grupo, crearon un ambiente mágico, y en estos días posteriores ha sido uno de los puntos más alabados por los asistentes. La bellísima voz de Arantxa se les clavó directamente en el corazón junto con las notas que con maestría salieron de los instrumentos del resto del grupo.
Muchísimas Gracias, Waldo, Alberto, Arantxa y Carlos por regalarnos vuestro arte. ¡Ojala podamos repetirlo!
Las palabras de Joaquín Casanova presentado el acto se ganaron al público y sacaron las primeras sonrisas de la noche. Es lógico, es un profesional que además de llevar toda una vida en esto, ama los libros y se presta con devoción a difundir la literatura.
Da gusto haber compartido mi debut con un profesional de tu talla, Joaquín, Mil gracias. Para mí, un honor.
El modo en que Juan Bolea atrapó al público con una intervención, diferente, arriesgada y creo, de elevado nivel cultural, con preguntas enfocadas más allá del argumento, que, incluso a mí, a veces me sorprendieron, dieron otro aíre, quizá más moderno a la presentación. La charla que sostuvimos él y yo, por lo que he ido recabando de las opiniones posteriores, captó el interés y gustó mucho. El público se dejó embelesar por esa voz, ya mítica de Juan y su carisma que, por fortuna, me atrapó en su red no dejándome caer.
Gracias, gracias, gracias, Juan. Ha sido todo un privilegio, un placer y una suerte contar contigo y nunca se me va a olvidar.
Y, para acabar, por qué no decirlo, mi propia emotividad. Primero, dando las gracias a la Generosidad de todos los que me acompañaron en esa noche, los intervinientes —que ya he nombrado en esta crónica—, y los invitados, a todos y cada uno de ellos, que como dije, era imposible nombrar porque fueron muchos y muy buenos. Y a los que desde aquí reitero las gracias por acompañarme es ese día tan especial para mí.
Un millón de gracias a todos vosotros.
Y segundo, el pequeño pero justo homenaje a mis padres, a los que no se me olvida que son también artífices de que La Elegida del Diosa esté hoy en las librerías. Gracias a haber sabido inculcarme el amor a los libros.
Esa emotividad que apenas pude contener también se contagió por el público tocando algunos corazoncitos, que posteriormente me han felicitado diciéndome que todo fue muy bonito y que disfrutaron mucho.
Esas caras de alegría, de emoción, de cariño han sido plasmadas con perfección por Josu, mi fotógrafo —No, no me olvidaba darte un millón de gracias, querido amigo, eso sería imposible— que con su profesionalidad, discreción y talento se fue moviendo por la sala, cual ladrón, robándonos una imágenes que, en breve, colgaremos aquí.
Porque estas fotos que veis ahora las hizo con más cariño que encuadre, mi marido José Miguel, a quien también agradezco su paciencia por “aguantarme” estos días de nervios, su apoyo en todos los preparativos, y esta web tan chula, pero pronto pondremos un apartado donde podréis veros con las fotos de Josu del evento.
Y qué más queda.
Una larga (y emocionante para mí) fila para que os dedicara el libro, una animada tertulia con fresas y cava, y, como habéis visto, mucha, mucha, muchísima generosidad.
Me acompañasteis el 24 de marzo en la presentación de La Elegida de la Diosa y como bien dije allí, vuestra presencia fue lo más importante.
Me habéis hecho muy, muy, feliz.
GRACIAS A TODOS
Y, por supuesto, a los que las circunstancias no se lo permitieron pero sé que les hubiera encantado estar allí, gracias igualmente, me sentí muy apoyada también desde lejos.
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